sábado, 19 de marzo de 2016

Positivando

Las mujeres hemos salido a la calle a ocupar el lugar público y profesional que nos corresponde, intentando ganar espacios de igualdad. Pero pasa que los hombres no han hecho lo propio.
Los hombres no han entrado en casa a ocuparse de los cuidados, corresponsabilidad y crianza.
Los padres en gran medida se sienten "pepes" y en muchas ocasiones parecen que tienen el complejo de San José. Hombres que reinan en sus casas que no cogobiernan, con el papel de proveedor y de aportar la rigidez en la educación de unos hijos e hijas que por cultura y por machismo social tienen el vínculo y las alianzas emocionales con la madre en exclusiva. Padres exigentes, a menudo malhumorados y al que las madres esconden noticias para que el retoño no sea castigado. "Que tu padre no se entere" Ese es el papel que les ha tocado jugar y han querido jugar. Una mirada de tu padre era suficiente para saber que algo terrible te podía suceder aunque no supieras por qué. El trágico momento de entregar las notas cuando de lo único que se ocupaba de tu vida académica era preguntarte si habías hecho los deberes. O cómo te temblaban las manos cuando metías la llave para entrar en casa 10 minutos después de lo que te dijo. Ese era en muchos de los hogares el papel del padre, un espacio doméstico donde era torpe, nada emocional ni cariñoso con la paradoja de que en eso consistían sus privilegios. Un padre que siempre tiene razón, al que no hay que molestar y al que siempre hay que atender. Un padre como dios y la sociedad mandaba.
Pero otra debe ser la paternidad para una sociedad mejor. Todo empieza desde el mismo momento de la gestación si son conscientes de que no es la mujer quien está embarazada, es la pareja quien lo está. La paternidad corresponsable y positiva es una inversión para la sociedad, tienen que quedar atrás los hombres y padres cromañones que sólo juegan el papel de machos. La paternidad positiva supone una actividad activa en la crianza, implica que los padres se implican en la educación igualitaria, que se compromete con los cuidados, que amplían las capacidades emocionales y que deslegitiman la violencia. Empodera a tus hijas, cría en igualdad, ser un padre feminista es una oportunidad extraordinaria, impagable para una sociedad mejor, para ser mejores padres y hombres más justos.
Son excepcionales los padres que comparten en igualdad todo lo que conlleva el hogar y los hijos, y se les llama "padrazos" por hacer lo mismo que han venido haciendo las madres.
Con el modelo que elijamos de crianza y en la educación de hijos e hijas estamos transmitiendo un modelo de sociedad y de relación y si se transmite igualdad y respeto, si mostramos una sociedad en el hogar donde reine el cariño y la comprensión, un espacio sin estereotipos ni dominaciones, entonces criaremos en igualdad. Ambos progenitores deben ser capaces de solventar cualquier circunstancia o imprevisto en relación con los hijos y está comprobado que así padres y madres son más felices y tejen lazos afectivos más fuertes en la familia. Cambiando a papá modificamos el mundo femenino y la sociedad.
Para eso es necesario entre otras cosas, los permisos parentales remunerados, madres y padres por igual y que supongan compartir esas primeras semanas de vida del bebé.
La revolución masculina, será feminista o no será.
Feliz día del padre.
@enelreves


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