Acaba de empezar el año judicial, acto solemne donde acuden quienes representan uno de los Poderes del Estado. Señores vestidos con faldas y el Rey. Otro Poder del Estado. Acuden quienes forman la cúpula judicial, el Consejo general del Poder Judicial, órgano de gobieno de la judicatura, mucha falda y ninguna mujer.
Mientras sigue el juicio público del caso de Juana, sus hijos y Arcuri que ha sido condenado
una vez y denunciado una más por violencia contra la madre de sus
hijos.
Un Arcuri resentido, lleno de ira contra Juana a la que le ha
prometido venganza y ruina económica y que así va levantando el animo de los
(Neo)machistas que ven en él un perfecto portavoz del discurso de las denuncias
falsas (0'18%), de la proclama de la injusticia que para ellos supone la
Ley Integral contra la Violencia de Género que creen los relega al papel
de víctimas reales de un sistema dominado por amargadas y feminazis.
Arcuri ha
interpuesto demanda contra esa ley porque entiende que vulnera sus derechos, una ley que ni siquiera se le ha aplicado, pero en
la que ve una injusticia sin igual ejercida sobre su clase, la de los
hombres. "La discriminación que sifren los hombres en España es intolerable" y él ha venido para salvarlos de tamaña injusticia. Él, Franceso, decidirá cuándo y cómo Juana ejercerá la custodia sobre sus hijos y dónde podrá verlos. Las normas las pondrá él.
Francesco es un Héroe para muchos que ven peligrar su
hegemonía social, superioridad sobre las mujeres, creen que están en
peligro de extinción y no ha entendido que la ley debe proteger a la
parte más débil y los derechos humanos de sus víctimas, de ellos.
Las leyes deben ser aplicadas con acciones positivas, eliminando
subordinaciones y suprimiendo los obstáculos que impidan a la mujer
llegar al lugar de plena igualdad que le corresponde.
Quizás la 'cúpula judicial' que debe velar porque todo eso sea así algún día aplique esto a su propia casa.
@enelreves
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